DE HOMBRES Y MUJERES
UN HOMBRE VALE LO MISMO QUE UNA MUJER.

En el mundo actual, el alarde de la división entre hombres y mujeres se ha convertido en una lucha. Una bandera que ambos sexos sostienen, aunque ha sido más fuerte con las mujeres por su historia y temperamento, pues nosotras juntas somos como la manada de leonas listas para cazar sin fallar.
Esta realidad la veo como una especia de feminismo anárquico que se ha tomado libros, escuelas, mentes y familias, marcando así una línea divisoria muy potente entre nosotros.
En este texto no entraré en detalles sobre los abusos y malas prácticas que han vivido mujeres en el mundo, de las cuales soy testigo en tercera y primera persona, pues creo profundamente que aquel que hace daño, escapa del género, sino que tiene más que ver con los demonios que deja anidar en su mente producto de sus vivencias y decisiones.
Al estar al frente de la comunidad Identidad de Valientes, he tenido la oportunidad de hablar con muchos hombres, conocer su realidad, lo que sienten y a lo que están dispuestos, y creo firmemente que aún me queda mucho por descubrir de ellos, pues en esta diferencia, que no tiene que ver con un posicionamiento social sino que es algo innato de nuestra esencia, es que diariamente trabajo para que la división que se creó entre hombres y mujeres pueda ser menor cada día, y entendamos que podemos convivir y que necesitamos el uno del otro.
Cuando pienso en esta división, me viene a la mente el tema de las clases sociales. Es como si palpara esta realidad que observo diariamente, en los lugares que visito.
Recuerdo cuando era pequeña haberle preguntado a mi papá porque me había hecho morena y no rubia como mi hermana. Fue en ese momento que me hice consciente de lo que se siente ser discriminada por tu apariencia, pues a mi hermanita, a quien amo mucho pero uso de ejemplo, la invitaban a la casa de ciertos amigos con más frecuencia que a mí y eso me dolía, pues hacían diferencias muy notorias entre ella y yo.
Hoy, siento que pasa lo mismo cuando hablamos de hombres y mujeres.
Noche de chicas, Mujeres al Poder, Fundación para la Mujer y hasta el Ministerio de la Mujer, me suena a una discriminación solapada, que se esconde entre derechos e historias de superación que dejan en último lugar al hombre, como lo peor de lo peor, siendo que ellos tienen tantas historias y luchas por contar como nosotras.
Un hombre vale lo mismo que una mujer.
En este camino que estoy comenzando. Un camino que busca sanar el corazón de los hombres, guiándolos a cultivar su carácter, disfrutar de la vida y valorar a las mujeres, he descubierto que a cada paso voy explorando la mente y realidad de ellos, percatándome de sus buenos y malos comportamientos, qué es lo que gatilla esas actitudes, sus tiempos, palabras, miradas, y eso me va enamorando más de su naturaleza y lo que Dios hizo. Eso no quiere decir que hago vista gorda a su perfecta imperfección, sino que voy entendiendo cada día aquello de la naturaleza caída y reconociéndome en ella.
¡Ay! Lo que me espera de las mujeres cuando lean esto. Sin duda que muchas me van a crucificar por alardear de la realidad masculina, pero es la misión que me tocó y no descansaré hasta que muchos de ellos puedan ser los artífices de que esta división de géneros sane en la realidad de aquellos que opten por darle una oportunidad a la importancia de la relación entre mujer y hombre, y podamos hacer explotar de amor, entendimiento y respeto a la sociedad actual, donde la fragmentación ha sido la carta bajo la manga de muchos personajes que han usado esto para beneficio propio.
Lo que escribo puede sonar a algo romántico cuando hablo de amor entre géneros, pero la verdad es que el amor entre hombre y mujer ha sido la gran base para la procreación de la humanidad. El gustarse, conocerse y quererse tener cerca ha dado como resultado nuestra propia vida, aunque podamos poner en duda el amor de nuestros padres, pero amor hubo en nuestros antepasados sí o sí.
Como leí por ahí, en uno de mis viernes de turista por la ciudad, un escrito de Matta a su amigo Carrasco donde decía que: “No te olvides que cada uno de nosotros tiene 16.000 abuelos. Si tú cuentas tus abuelos, en la época en que Colón puso un pie en América, cada uno de nosotros tiene 16.000 abuelos.”
El camino recién comienza, la batalla está esperando, los hombres se están enterando de esta realidad y están descubriendo que en el buen trato hacía las mujeres hay un tesoro. También las mujeres no se quedan atrás, y así como yo hay varias que están inculcando en los más pequeños el cuidado mutuo.
¿Sé todo? No. ¿Estoy en el camino del saber para dejar un legado? Si, pues aquí me siento frente a mi computador para presentarles estos textos que nos harán reflexionar a todos y buscar de una vez crear una conciencia que nos lleve, primero a mejorar nuestro entorno y desde ahí crear lazos verdaderos para cumplir con aquel mandamiento que si lo ponemos en práctica nos lleva a otro nivel de vida, el que versa: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.”